En la tormenta de estos llanos ardieron
los capullos de unos mirlos.
Abran las puertas para que salgan los niños,
en una escapada de contratormenta,
y florecerán las sandías amarillas en el precipicio de la muerte.
Francisco Madariaga
a Jorge Sánchez Aguilar
lunes, 24 de agosto de 2009
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